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jueves 25 abril 2024
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Antonio de Nebrija no fue reconocido en vida

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Antonio de Nebrija no fue reconocido en vida

 

 

 

LAS UNIVERSIDADES VALORARON LA OBRA DEL GRAMÁTICO ANTONIO DE NEBRIJA TREINTA AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE

 

 

1.- Antonio de Nebrija, el humanista  

2. La Reina Isabel la Católica rechaza la Gramática de Nebrija  

3.- La imprenta en Salamanca  

4.- Cunde el desánimo en Antonio de Nebrija  

5.- Juan Luis Vives

 

 

1.- ANTONIO DE NEBRIJA, EL HUMANISTA

Después de una primera etapa en Salamanca, donde cursa estudios de Matemáticas, Filosofía y Moral, Antonio de Nebrija marcha Italia a la edad de diecinueve años, en calidad de becario del Colegio Español de San Clemente de la Universidad de Bolonia, para aprender in situ de los grandes maestros del Humanismo e introducir posteriormente sus métodos en las Universidades españolas.

En 1473 es contratado como lector durante cinco años por la Universidad de Salamanca, donde ha de impartir dos lecciones diarias de Elocuencia y Poesía, obteniendo la cátedra de Gramática. Ese año se casa con la salmantina Isabel Montesino de Solís y se aposenta en una casa de la calle Cervantes. Tuvo siete hijos, de los que dos de ellos continuaron su obra. Sancho escribió en latín la obra La Gramática de Elio Antonio de Nebrija. Y por su parte, Sancha, sustituyó a su padre en las clases de Retórica en la Universidad de Alcalá de Henares.

Para Nebrija, los profesores hispanos habían corrompido el latín y era necesario realizar una depuración lingüística. En consecuencia, en 1481, escribe su primera obra, Introductiones Latinae, obra clave del Humanismo español, cuyo fin era proponer autores latinos para el estudio de esa lengua. Hasta entonces la que se enseñaba era una versión deformada a lo largo de la Edad Media. Nebrija hace tabla rasa de diez siglos y muestra de nuevo el latín hablado en el Imperio Romano.

Los mil primeros ejemplares no fueron suficientes y, en 1495, tuvo que sacar una segunda edición, convirtiéndose en el libro de texto para la enseñanza del latín. En otra especial, tuvo que hacer una adaptación para docentes para que lo hicieran más comprensible a sus alumnos. Asimismo, escribió las Elegancias Romançadas de Lebrixa que dedica al Rector de la Universidad de Salamanca, Diego Ramírez de Guzmán, un texto para la enseñanza del latín que incluye un amplio repertorio de frases y su correspondencia con el castellano.

También, quiso restablecer el pie romano como medida de longitud. Para ello, midió con precisión el circo romano de Mérida y la distancia de esta ciudad con Salamanca. siguiendo lo miliarios de la Vía de la Plata. Y tradujo del griego el Dioscórides, un manual de la ciencia médica basado en las plantas medicinales. Más tarde, conoce a quien le diera un decisivo apoyo en su carrera, el Obispo de Ávila, fray Hernando de Talavera. 

 

2.- LA REINA ISABEL LA CATÓLICA RECHAZA LA GRAMÁTICA DE NEBRIJA

Nebrija albergó una idea revolucionaria por la que fue juzgado como un excéntrico por sus coetáneos, ya que significaba una ruptura con la tradición lingüística: el castellano tenía una estructura diferente del latín, su lengua matriz. Era preciso someter a reglas el habla vulgar del pueblo, que apenas conocía el latín. Por otro lado, estimaba que el estudio del castellano facilitaba el conocimiento del latín por la analogía existente entre las dos lenguas, principio vigente hasta nuestros días, en que ha sido desplazado por la Gramática Estructural.

En 1486, sus trabajos sobre la Gramática Castellana iban muy avanzados. Aprovechó una breve estancia de la reina Isabel la Católica en Salamanca para presentarle su obra como un instrumento al servicio de la unidad de la nación, por el paralelismo existente entre lengua, cultura y política. La reina Isabel se mostró muy recelosa ante Nebrija. Había acogido con satisfacción su anterior Gramática Latina, pero no así la Castellana. Para ella, el latín era una lengua más digna y elegante. En realidad, no es que quisiera convertirse en una dama italiana, sino entender a los diplomáticos de la Corte, cuando intercambiaban sospechosamente frases en latín. De hecho, se hacía asesorar de su preceptora, la salmantina doña Beatriz Galindo, llamada “La Latina”, y de otras féminas inmersas en la corriente humanista, como Lucía de Medrano.

 

3.- LA IMPRENTA EN SALAMANCA

Por fin, el 18 de agosto de 1492, sale a la luz la edición príncipe de la Gramática Castellana, la primera de una lengua romance, anterior a la francesa, la portuguesa o la italiana. Su rápida difusión fue favorecida por un vehículo de vital importancia, la imprenta, que favoreció la divulgación y el abaratamiento de los libros. Se ignora quien fue el impresor. Sólo se sabe que la impresión salió de la «muy noble ciudad de Salamanca». Se especula con que fuera el propio Nebrija. Las imprentas salmantinas de aquel momento eran las que publicaban el mayor número de volúmenes, seguida de cerca por las de Medina del Campo. Tenían la característica de omitir el nombre del impresor, aunque señalaban el lugar y la fecha de la impresión.

Lo que se conoce es quién fue su mecenas: un discípulo suyo, el placentino Juan de Zúñiga y Pimentel, hijo del primer Duque de Béjar y maestre de la Orden de Alcántara, que estableció la Academia del Maestre en la villa extremeña de Gata, una suerte de corte renacentista que destinó a la promoción de intelectuales y científicos, entre ellos, el propio Nebrija, que le dedicó buena parte de sus numerosas obras, incluida su famosa Introductiones Latinae, un manuscrito con una ilustración que representa a Antonio de Nebrija explicando gramática en presencia de Zúñiga. Posteriormente siguió a Zúñiga a Brozas y Zalamea de la Serena. También el salmantino Abraham Zacut pasó por aquel centro cultural. Este astrónomo hebreo escribió para su protector en 1486 un Tratado breve en las influencias del cielo en la salud que sirviera de guía a los médicos y un estudio sobre Los eclipses del sol y de la luna.

En 1500, el Cardenal Cisneros reclama la colaboración de Antonio de Nebrija en la recién creada Universidad de Alcalá para trabajar en la edición de la Biblia Poliglota, a lo que accede. Pero pronto la abandona, porque pretendió aplicar criterios filológicos castellanos en la revisión de los textos, a lo que se opuso el equipo de teólogos, partidarios de utilizar el latín.  

 

4.- CUNDE EL DESÁNIMO EN ANTONIO DE NEBRIJA

Cuatro años después, regresa a la Universidad de Salamanca, donde igualmente encuentra una actitud hostil. En su condición de gramático, Nebrija se consideraba con autoridad sobre las demás ramas del saber. Se entrometía en el resto de las cátedras, so pretexto de que la lengua era el elemento común a todas ellas y era necesario mantener su pureza. Demostró que los juristas no entendían los códigos, ni los teólogos las Escrituras, ni los médicos las obras de Plinio o Celso. El enfrentamiento con los catedráticos llegó a tal extremo que tuvo que fue denunciado ante la Inquisición, teniendo que intervenir el Inquisidor General, el toresano fray Diego de Deza.

En 1513, Nebrija se marcha de Salamanca desengañado y decepcionado de ver cómo se entregaba la cátedra de Gramática vacante, en la que interinamente impartía sus propias enseñanzas, al joven García del Castillo, recién acabado sus estudios. Se trataba de una evidente maniobra malintencionada que le hizo exclamar: “No volveré a Salamanca ni por pie ni en cenizas”. Tras permanecer un curso en la cátedra de San Miguel de Sevilla, con sesenta años se trasladó a Alcalá de Henares. Allí el Cardenal Cisneros le concede la Cátedra de Retórica de la nueva Universidad, con el privilegio de que “leyese lo que él quisiese, y si no quisiese leer, que no leyese; y que esto no lo mandaba dar porque trabajase, sino por pagarle lo que le debía España”. Aún, en 1517, publica sus Reglas de Ortografía de la lengua castellana, que introdujo en su didáctica. Nebrija falleció cinco años después sin alcanzar el fruto que deseaba de sus trabajos.

 

5.- JUAN LUIS VIVES

A su muerte, la cátedra de Alcalá le fue ofrecida a Juan Luis Vives, que la rehusó. La lengua materna de Vives era el valenciano y, habiendo vivido siempre fuera de España, en ciudades como Londres, Paris y Brujas, no conocía el castellano en profundidad. Siempre se expresó en latín y su obra Exercitatio Linguae Latine gozó de gran predicamento. En 1538 le envía un ejemplar al futuro rey Felipe II cuando tenía once años, con una carta de presentación que señalaba: “Muchas son las ventajas de la lengua latina, tanto para hablar como para pensar correctamente. Ella es como una mina de erudición, ya que los más aventajados ingenios escribieron en latín toda clase de disciplinas”. Éste sería el último intento de alguien en la defensa del latín frente al castellano.

En 1553, el profesor de la Universidad Complutense, Pedro de la Mota, deja constancia de las dificultades que encuentran los profesores de latín en la enseñanza de los textos de Juan Luis Vives. Implícitamente, se daba paso a la definitiva implantación del castellano en la enseñanza y suponía el reconocimiento de la obra de Nebrija. Habían pasado 62 años desde la publicación de su Gramática Castellana en Salamanca.

(Foto portada. Antonio de Nebrija )

 

Reglas de Ortografía de Antonio de Nebrija

 

Patio de Escuelas Menores. Universidad de Salamanca

 

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